Reimaginando espacios a través del sonido
Por Christopher Manhey
Dentro de mi práctica profesional surgió en un momento la duda de cómo nos estamos relacionando con la música y las artes sonoras, especialmente con el creciente impacto de las plataformas digitales y la democratización de la creación gracias a la tecnología.
Es desde ahí que Omni Soundlab surge como un espacio que articula creación artística, escucha crítica y uso de tecnologías de manera agnóstica. Desde su origen, el estudio fue concebido como una plataforma abierta y transdisciplinaria dedicada a la producción, investigación y exploración del audio inmersivo. En su centro operativo, un sistema 7.1.4 de monitores permite trabajar con precisión en formatos como Dolby Atmos, 4DSOUND y Ambisonics, generando una base flexible y estable para proyectos sonoros que van más allá del campo estéreo.
El estudio funciona en la intersección entre producción musical, arte sonoro y exploración técnica. Acompañamos a compositores y productores en la adaptación de obras a formatos espaciales, así como en la creación de piezas concebidas desde una lógica tridimensional. Cada proyecto se aborda de forma singular, combinando criterios técnicos con decisiones estéticas y narrativas. Esta metodología ha dado lugar a vínculos sostenidos con distintos actores de las industrias creativas.
Una de las actividades más significativas de Omni Soundlab ha sido abrir las puertas del estudio a audiencias interesadas en entender —y, aún más importante, experimentar— la promesa del audio inmersivo. Así nació un ciclo mensual de listening sessions, sesiones de escucha inmersiva abiertas al público general. En un entorno sin estímulos visuales, la audiencia experimenta obras en alta resolución espacial. La programación incluye desde estrenos musicales hasta piezas experimentales. Con una asistencia que supera las mil personas cada mes, estas sesiones han consolidado una comunidad activa en torno a la escucha profunda, lo que nos permitió crear una cultura de apreciación por las artes sonoras y musicales en un entorno donde, hasta hace menos de un año, simplemente no era un tema de interés.
Es por esto que también abrimos la Omni Academy, la unidad educativa del estudio. Ofrecemos certificaciones en Dolby Atmos, cursos de mezcla multicanal y workshops técnicos para músicos, ingenieros y creadores. Además, a través del Dolby Creator Lab, formamos docentes de instituciones educativas en toda Latinoamérica. Las clases se imparten de forma presencial en Santiago de Chile y también en formato online para estudiantes internacionales. Buscamos generar acceso a herramientas avanzadas de producción y contribuir a la profesionalización del campo del audio inmersivo en América Latina.
Además de funcionar como galería de exhibición, el estudio es un espacio de ensayo, preproducción y diseño espacial para presentaciones en vivo. Creamos sistemas de producción donde la espacialización y estructuras multicanal se integran en obras que se presentan en teatros, museos, festivales y espacios a veces totalmente eclécticos, enfrentando desafíos como arquitecturas acústicamente complejas. Uno de los pilares de nuestro estudio es democratizar el acceso a este tipo de experiencias, y creemos firmemente que estas vivencias colectivas enriquecen el espíritu artístico y ayudan a enaltecer el valor de las artes en tiempos donde todo parece efímero en esta era digital.
Hemos desarrollado mecanismos para disminuir las barreras de entrada a estos conceptos en espacios públicos y producciones fuera del estudio. Un caso destacado a nivel de industria musical fue la Sony Immersive Experience, donde articulamos a diversos actores de la industria como Sony Corp (Sony Music, Sony Publishing, Altafonte y The Orchard), junto a Dolby y Apple Music. Diseñamos un entorno tridimensional para escuchar música de sus catálogos en condiciones similares a las del estudio, pero en el contexto de la Feria Pulsar, realizada en Estación Mapocho. Llevamos literalmente nuestro set de Genelecs y lo instalamos para esta exhibición, que recibió a más de mil personas durante los tres días del evento.
A nivel internacional, fuimos parte del proyecto Organysmo, realizado en Monopol junto a Led Pulse en Berlín. Este fue un laboratorio abierto donde, tras un mes de residencia para explorar tecnologías de artes visuales, sonoras e incluso conceptos de neurociencia, instalamos un sistema envolvente con siete monitores de rango completo (8351), que dio soporte a una performance transdisciplinaria. La precisión técnica, la agilidad en la calibración del sistema y la coherencia espacial del resultado fueron clave para articular cada obra y presentación.
También, durante 2024, realizamos Arquitectura Sonora, una instalación desarrollada para los 20 años del festival MutekMX. En esta ocasión presenté una obra compuesta desde un inicio en Dolby Atmos, acompañada de una curatoría que realicé con artistas que consideré ad hoc para la instancia del festival. Cada una de estas piezas fue pensada para interactuar con las condiciones acústicas del espacio. Aunque la preproducción y mezcla las realicé en nuestro estudio en Santiago, fue recién al llegar al venue donde hice los últimos ajustes. El proyecto propuso una escucha expandida, atenta a las relaciones entre cuerpo, espacio y sonido.
Un factor clave en todas estas instalaciones fue contar con el sistema de calibración GLM, que nos permitió ajustar la respuesta del sistema y lograr una experiencia inmersiva integrada al entorno arquitectónico, ahorrándonos de manera eficiente horas de trabajo con una precisión a la altura del ecosistema que nos ofrece Genelec.
El sistema de monitoreo con el que trabajamos ha sido fundamental para sostener procesos creativos en producción, formación y exhibición. Su capacidad de adaptación y su precisión técnica han permitido desarrollar experiencias auditivas complejas en distintos contextos.
Más que una herramienta, entendemos esta tecnología como parte de una red más amplia de medios y decisiones que posibilitan nuevas formas de escuchar, componer y compartir el sonido.
Como artista, compositor y director de nuestro estudio, puedo afirmar con entusiasmo que hoy los monitores y la filosofía de Genelec se han convertido en el instrumento esencial de nuestra práctica.
Sobre el autor
Christopher Manhey es compositor y productor musical, nacido en Santiago de Chile.
Es fundador y director de Omni Soundlab, estudio dedicado a la producción, investigación y desarrollo de audio inmersivo.
Omni Soundlab es un espacio creativo enfocado en la escucha profunda y el diseño sonoro, que colabora estrechamente con prácticas artísticas multidisciplinarias, integrando la tecnología al servicio del arte.